La misteriosa historia detrás de la 'Columna del Infierno' en la Mezquita-Catedral

¿Has estado en la Mezquita-Catedral de Córdoba? Si es así, sabrás que uno de los elementos que más llaman la atención son las cerca de 1.300 columnas con las que cuenta el templo, y que dan forma al monumento más representativo de la ciudad, eregido en un icono de la misma que refleja su pasado de mezcla de culturas, con el legado omeya como máximo exponente y su posterior conjunción con el mundo cristiano tras la Reconquista.

De todas estas columnas hay una que destaca entre las demás por la leyenda que atesora. Es la conocida como "Columna del Infierno", que fue construida por el diablo. Te contamos la historia.

Las columnas de la Mezquita-Catedral

La Mezquita-Catedral es, junto a la Alhambra de Granada, el mayor ejemplo del legado patrimonial andalusí. Comenzó a erigirse a finales del siglo VIII y sufrió hasta tres ampliaciones, a manos de los califas Abderramán II, Abderramán III y Almanzor. Su 1.300 columnas reflejan ese legado, apreciándose diferencias de estilos y materiales entre cada una de ellas, haciendo que cada una de ellas es prácticamente única.

Con la llegada de Fernando III El Santo y la reconquista de la ciudad, se decidió construir dentro del templo una catedral, así como diversas capillas. La decisión sigue siendo cuestionada a día de hoy, pero lo cierto es que ofrece un resultado único en el mundo, al fusionarse un templo musulmán con una catedral cristiana, para ofrecer al visitante un monumento mágico y muy especial.

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La columna del infierno

Entre todos los pilares, hay alguno que destacan, pero vamos a detenernos en la llamada "Columna del Infierno". Esta destaca sobre el resto por esta protegida por una mampara, la cual encierra una de las leyendas más populares de Córdoba.

También llamada "Columna de los Complacientes" o "Columna del Ángel", el misterio señala que tiene propiedades mágicas. Está ligeramente inclinada y presenta un desgaste muy acusado, distinguiéndose diferentes surcos.

Y es que, la historia cuenta que fue tallada en las profundidades del infierno, de ahí el olor a azufre tan característico que desprende y que ha sido mitigado con la campana. Antiguamente, todo aquel que pasaba junto a ella raspaba con una moneda, de ahí los mencionados trazos.

También, se dice que, si te quedas quieto junto a ella durante varios minutos, podrás escuchar a los antiguos visitantes raspar la columna. Los investigadores han determinado que este olor es fruto precisamente de frotar los reales y pesetas con ella, causando la reacción.

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Para evitar causar mayores daños, se decidió protegerla. No es la única columna de la Mezquita-Catedral a la que se le asocian fenómenos extraños, ya que a varias de ellas se les adjudica propiedades curativas.